NO, A LOS COMPRADORES AMBULANTES

Caricatura
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No sé si en alguna ciudad del mundo se tiene tal caos comercial como en nuestra ciudad, que según conocedores de la problemática social, se debe al rebusque autóctono bogotano. Una cosa es la pobreza, otra la necesidad, otra la informalidad, pero estas no pueden disculpar el desorden y la burla. Todo esto no puede conducir al vergonzoso espectáculo diario que presenta el impotente agente del orden cuando corretea a los vendedores. Entiendo que se les favorece con alguna tolerancia, pero eso no implica que la autoridad sea burlada, la ley es para todos. Si en este lugar no se puede vender, se debe hacer respetar al agente de policía que día por día pierde autoridad. El ciudadano, sabiendo que es un sitio prohibido, compra donde no debe, a él también debía caerle alguna sanción. En mi barrio, como en muchísimos más un vendedor de arepas planta su venta donde le provoca. Es el caso de muchos que teniendo local resuelven sacar sus mesas y sombrillas como sucursales ambulantes y esto ya no es cuestión de hambre, sino de burla y desorden. A otros les asignan sitios con carpas y también sacan sucursales al piso. La casi totalidad de ambulantes tienen “manta retráctil” para salir corriendo y volver cinco minutos más tarde cuando la policía mira para otro lado. Otros los ya más avezados en el comercio de la adrenalina, tienen ruedas en carros mayores y van desde cochecitos a automóviles que parquean todos burlando las normas. Ayudemos al orden y a que la policía se dedique más a la seguridad ciudadana, no sigamos siendo compradores ambulantes.