TRANCÓN VÍA A MONSERRATE

Monserrate
Monserrate


Una conocida canción colombiana tiene una copla que dice: El que en Bogotá  no ha ido, con su novia a Monserrate, no sabe lo que es canela ni tamal con chocolate.  En efecto, buena parte del atractivo turístico de nuestra ciudad sigue siendo uno de los cerros orientales,  el conocido como cerro de Monserrate, santuario de “El Señor Caído”.  Suben semanalmente muchas personas a cumplir promesas o simplemente a ver desde el altísimo mirador la impresiónate capital de siete millones de habitantes.

 

El pasado fin de semana,  en la subida peatonal  recién inaugurada y con arreglos recientes, se vio colmada de visitantes que parecían una inmensa fila de hormigas que se atropellaban.  Cabe recordar que este santuario tiene vehículos para acenso y descenso, el teleférico y el funicular.  Se rebasaron los límites y la tropelía fue de cuarenta mil visitantes  los que no solo hicieron trancón peatonal sino vehicular en las cercanías a los accesos.  Esta romería se debió a que Bogotá recibe en estas fechas miles de turistas nacionales y extranjeros.  

 

Suponemos que esa noche, recién pasada la chichonera, se venderían miles de tasas de chocolate con sus consabidos tamales.

 

Se nos ocurre una variación para la copla: El que en Bogotá no ha ido con su novia a Monserrate, no suba por estas fechas, pues resulte un disparate.